sábado, 28 de marzo de 2015

Para Inkult Magazine



- Soy un artista visual AUTODIDACTA de 58 años, un vestigio de la educación pública. Estudie en el emblemático Liceo Experimental Gabriela Mistral, ubicado en el Barrio Independencia de la capital, entre los años 1970 y 1974, por lo tanto asombrado por el proceso revolucionario de la Unidad Popular, y luego el 1973 la dictadura, la represión y el atropello a los derechos humanos.
Mi padre obrero textil de oficio mecánico y mi madre hilandera textil.
Luego de un lapsus voluntario, me desempeñé como decorador de vitrinas en locales comerciales, diseñador gráfico, letrerista y otros oficios vinculado a las artes.
En tanto trabajaba, estudiaba diseño gráfico en un instituto y un par de diplomados en otro. Oficios que desempeñé hasta hace 12 años.
No estoy seguro cuando me relacioné con la expresión artística y con la pintura, creo que fue siempre, legado de algún ancestro que no alcance a conocer.
Mis manos han explorado la madera, el yeso, la cerámica, la greda, el papel, el engrudo (pegamento en base a harina con agua), la serigrafía, xilografía, el dibujo con grafito, carboncillo y la tinta china con pluma y pincel.
Creo que nací pintado…
De joven de mediqué a la música, al neo folclore, a la canción protesta durante la dictadura, en clandestinidad aportaba desde mi modesta trinchera con un grano de arena para derrotar al tirano, llevando la trova de lucha y esperanza a la Victoria, Remoldelación, la Ángela Davis, la Pincoya, la Huamachuco, etc. Todo esto participando en la lucha, en la calle, en la barricada, combatiendo.
Han pasado los años entre varias expresiones artísticas y de todo nada.
Necesitaba ser consecuente, constante y perseverar en una sola disciplina y antes que naciera la Cata (mi hija artista), hace ya 27 años, me dediqué por entero a la pintura. Experimentando en variadas temáticas.
El año 2004 fundé mi proyecto Taller 56, espacio artístico, Galería Alternativa, ubicado en el Barrio Bellavista, dedicado a la gestión cultural, exposiciones con artistas del ambiente emergente, venta y clases de pintura.
Taller 56, nace como una necesidad imperiosa de contar con un espacio dedicado solo a la expresión artística y con el tiempo se ha consolidado con gran esfuerzo personal, con pocos recursos y cero apoyo de las instituciones de gobierno.
En cuanto al ambiente artístico, nada. Todos quieren sacar una tajada sin esfuerzo. Ronda la mezquindad, la envidia, el egocentrismo, el egoísmo y todos lo ismos que puedas imaginar. Así, con todo el ambiente inhóspito, he salido adelante y puedo decir que mis alumnos y discípulos valoran el esfuerzo.
En todos estos años he trabajado con estudiantes de las carreras de arte, que necesitan apoyo en esta disciplina.
Niños con enfermedades crónicas del Hospital Exequiel González Cortés, jóvenes down y con deficientes intelectuales.
Ser artista en este país es muy difícil, y más todavía si no tienes hadas madrinas o hados padrinos. Si no tienes contactos y sobre todo si eres pobre y no perteneces a la ELITE.
Hoy si te cuelgas de los testículos, si llenas una sala de basura o excremento y además tienes contactos, seguro aparecerás en la páginas de Vivienda y decoración.
Los críticos de arte, no tienen idea de nada y si pagas por una critica positiva, seguro algo venderás y recuperaras la inversión.
No hay espacios para mostrar el trabajo de los marginados y es por eso el Taller 56.
Los fondos de la Cultura para los apitutados, los contactos, basta con enterarse en las redes sociales.
Este año postulé, por enesima ves a los fondos de la cultura, y los argumentos para rechazarte son para la risa.
“El óleo como técnica, y el retrato, cómo género, no requiere reivindicación pues es un medio altamente utilizado y reflexionado en la escena artística local”
Que te dicen con esto? , que no pintes más, que busques o descubras una nueva técnica?
No pertenezco a ninguna cofradía, soy un solitario autodidacta que en cada trazo profundiza su oficio sin prejuicios arbitrarios que ofusquen mi obsesión por expresarme libremente y sin patrones impuestos.
Soy ateo, anarco, medio loco, arrogante y atrevido.
Bueno, yo la verdad es que tengo mis principios, básicos pero son míos.
Yo pinto para mi, por que es mi pasión y el pintar para mi es un ejercicio diario, aún cuando duermo, sueño pintando.
No pinto para vender, pinto para satisfacer mis más profundos sentimientos sicopáticos, el de lograrlo.
Me carga la envidia, el egoísmo, el carerajismo.
Me molesta el facilismo, soy un defensor obstinado de lo figurativo, la realidad, la que se encuentra cruda, lejos de juicios y prejuicios, la que cohabita a diario con la textura, en el color, en la luz, en la piel que emerge libre, espontánea, la que siente, la que atrae, la que seduce y suda de placer.
Oficio es mi lema, solo oficio.
Se que voy solo en esta volada, pero voy feliz, por que he ido madurando en lo que pinto.
Voy doblando la esquina a una velocidad inimaginable, se me pasan los días volando,
y alguien dijo, que si no sientes el tiempo, es que eres feliz y yo lo soy, con todos sus bemoles.
Mi pintura y mi temática esta madurando, mis últimos trabajos hablan de ello.
“Sueños Prohibidos”, exposición que realizara en el año 2012, marcó un cambio en mi pintura. La figura humana y la aproximación al retrato de mujeres que rodean mi habitat, marcan la diferencia.
Luego el 2013 con “Reminiscencias y entelequias”, relatos de pasajes de mi vida.
Hoy esto terminando 2 trabajos, que han demandado todo el 2014 y creo que parte de este 2015. “Re-tratando” Memoria de la huella estética de Chile, que son 20 cuadros de 80 x 120 cm. con retratos de personajes vinculados a las artes en Chile.
Y otro trabajo que cuenta el atropello a los derechos humanos en dictadura, trabajos que verán luz este año 2015.
Despertar y no vivir las emociones que me provocan el color, la luz y la sombra que se extienden sobre mi lecho cálido junto a mi amada, sería como ignorar la esencia de la vida.
Mis manos ásperas con óleos y solventes, se suman a mi apariencia sublime al caminar en mi territorio, en mi hábitat rodeado de mis creaciones que he soñado.
Pinto lo que me emociona, lo que conozco, lo que me hace terrenal y objetivo, con la fuerza somática que me producen el estar en contacto con lo corporal, lo vivencial y rescato la gesticularidad que no está predeterminada, pues tiene variaciones según el momento que singulariza cada situación y cada ser.

Río, canto y grito,
Lloro, sufro y grito,

Nelson Maglio Olate Figueroa